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Foto del escritorJavier Mateo

Prístino, vuelta a los orígenes de la cocina madrileña



Siempre necesitamos volver a la esencia para alcanzar la gloria y de ello, sabe mucho Prístino. Este restaurante del centro de Madrid basa su cocina y lo que se cuece en sus fogones en esa esencia de los productos, en lo primigenio del hecho de comer, en lo prístino. Bajo una luz cálida y en ambiente distinguido que te hace sentir en un lugar donde lo selecto cobra sentido, este restaurante da la bienvenida a sus comensales con un trato exquisito consciente de que el ritual de salir a comer o a cenar empieza en el mismo momento en el que cruzas el umbral de un establecimiento.


El término "prístino" se refiere a lo que se mantiene inalterado, puro, tal como era en su forma primera u original. Vuelta a la forma de toda la vida pero, adaptada en su ambiente al gusto de hoy. Una palabra que define a la perfección el sentir de este establecimiento y lo que cada día persigue en sus fogones: volver a los orígenes de la cocina madrileña, para disfrutar como antes de los sabores que nos hacen únicos.


Esta Casa de Comidas Contemporánea ha convertido esa comida tradicional en contemporánea, apta para todas las décadas, modas y años. Una cocina que nunca falla porque alude a lo más profundo y particular de cada comensal: el sentido del gusto. Cada uno tiene un gusto pero todos compartimos el sentido del buen comer, de los productos de calidad y de esa cocina que por un momento nos traslada a esos platos que se hacen desde generaciones atrás y que es el mejor legado que puede tener la cultura española.


La propuesta gastro de Prístino consiste en platos clásicos, marcados por sabores de toda la vida, en los que se combinan la tradición madrileña con técnicas de cocina modernas. En su carta de invierno cuentan con una amplia selección de platos de cuchara: verdinas en salsa verde con almejas; callos tradicionales con morro y pata con tocino, morcilla y chorizo Asturiano, servido en una cazuela de barro como antaño; lentejas castellanas con sus Sacramentos (chorizo, morcilla, y tocino ibérico) y su sofrito natural de puerro, cebolla y tomate; potaje tradicional de garbanzos y espinacas; y su especial arroz meloso de carabineros.



Productos de temporada


Además, continuando su propósito de ofrecer producto fresco y de temporada, presenta nuevos platos como con las verduras más frescas con los que saborear lo mejor de la gastronomía. Los comensales que se acerquen hasta este establecimiento podrán optar por elaboraciones fuera de carta como cardo a la navarra o guisantes con jamón. En la carta, puerros a la brasa, alcachofas confitadas o verduritas a la brasa compuesta por tirabeque, calabacín, zanahoria, brócoli y coliflor.


Por todo ello, este restaurante ubicado en el número 8 del Paseo de Eduardo Dato, en uno de los edificios más históricos y clásicos del distrito de Chamberí, es el escenario perfecto donde disfrutar de la experiencia culinaria que ofrece este establecimiento cargado de tradición y esencia. Prístino cuenta con espacio preparado para acomodar a 114 comensales en el interior y 36 más en la terraza, donde sorprender a los invitados en un ambiente exclusivo, cálido y elegante.

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