En el madrileño barrio de Alonso Martínez es mágico, parece que en cualquier momento puedes encontrarte a Fortunata y Jacinta. También a personajes famosos que acostumbramos a ver en la tele, estilistas cargados hasta los topes para sus editoriales, bares de toda la vida (de esos de chato y torreznos), showrooms por doquier y pequeñas tiendas con productos artesanos que, a mi parecer, albergan obras de arte. Si paseas por sus calles, en concreto por Santa Teresa, puedes encandilarte de los exclusivos zapatos de Javier de Lafuente.
Su calzado está hecho a medida en un pequeño taller, y el resultado son unos stilettos que bien podrían llevarte al mismísimo cielo del buen gusto y de la comodidad.
Javier de la Fuente es un diseñador malagueño formado en la Universidad Politécnica de Madrid. En este centro tuvo la oportunidad de conocer técnicas de costura en la cátedra Balenciaga, en las que ha profundizado a lo largo de su trayectoria profesional. Así mismo en su afán de aprendizaje, está especializado en piel de la mano de la casa Loewe.
Tras una amplia y variada trayectoria profesional diseñando para diferentes marcas, como Roberto Verino o El Corte Inglés, y trabajando como estilista en cine, prensa y televisión (A3, el País Semanal, etc.) decide montar hace 19 años su pequeño estudio atelier.
Delafuente desarrolla 3 líneas: ‘javierdelafuente bespoke’ (línea a medida), ‘javierdelafuente DLF’ (pret a porter) y ‘javierdelafuente shoes’ (zapatos y bolsos).
Las líneas ‘DLF’ y ‘javierdelafuente shoes’ surgen como una alternativa ante la imperante velocidad de la industria de la moda. Todo el proceso de creación, desde el diseño hasta su minucioso acabado, está realizado en Madrid de manera artesanal por manos expertas.
Hace 2 años lanza su primera colección, con tanto éxito y reconocimiento por parte del público, que han pasado a ser conocidos como “Los Javieres”. Una colección de zapatos de excelente calidad con materiales nobles y hormas que se adaptan a la perfección. Su diseño y la elaboración a mano de cada par y el cuidado de los detalles, lo hacen diferente y especial.
Madrid esconde muchos sitios secretos y con encanto, y el pequeño atelier de Javier es, sin duda, uno de los tesoros que más nos pueden maravillar.
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