Glo, la empresa de masajeadores anticelulítico que busca ayudar a la mujer, colabora activamente con la organización Daughters Rising que trabaja por el porvenir de niñas de la etnia Karen e impedir que sean arrastradas a la trata sexual. Contribuye costeando a estas niñas una educación mediante becas escolares y universitarias para proporcionarles un futuro con un trabajo digno.
Ixone Elosegui, una de las creadoras de Glo, tuvo la oportunidad de conocer este proyecto de ayuda en primera persona cuando vivía en Tailandia y quedó fascinada por la gran labor de solidaridad que realizan. "Cuando vivía en Chiang Mai, al norte de Tailandia, tuve la oportunidad de descubrir el maravilloso proyecto de la Fundación Daughters Rising, que lucha por la prevención del tráfico de niñas a través de la educación y el empoderamiento".
La Fundación está situada en el norte de Tailandia, muy cerca del Triángulo de Oro, donde confluyen Tailandia, Laos y Myanmar. Se trata de una zona tan estratégica como conflictiva. La etnia Karen ha sido fuertemente perseguida en Myanmar. Las niñas que se benefician de estas becas de estudio provienen de aldeas de las montañas o de campos de refugiados donde gran parte de la población Karen reside en estos momentos.
El hecho de tener acceso a una beca escolar puede salvar a estas niñas de terminar siendo vendidas a un burdel, además muchas de ellas después de cursar su formación universitaria (enfermeras, maestras, médicos…) retornan a sus aldeas de origen convertidas en mujeres dispuestas a mejorar sus condiciones de vida.
Un Santuario de Elefantes y una gran escuela
Uno de los proyectos de la fundación es un pequeño resort en la selva de Chiangmai, integrado dentro de un Santuario de Elefantes. Un espacio único ubicado en plena naturaleza donde se puede disfrutar de una inmersión completa con estos animales tan maravillosos. En este gran santuario se protege a los elefantes que han sido rescatados de circos o de familias que los utilizaban para trabajos pesados en la frontera entre Tailandia y Myanmar.
Durante la visita a este paraíso se incluye un paseo junto a los elefantes por la selva. No está permitido montarse sobre ellos y siempre acompañados por su mahout, la persona que conoce y maneja al elefante. En el recorrido se pasa por un río para que estos se puedan bañar y refrescar en una especie de spa natural donde se les aplica lodo sobre sus grandes cuerpos. También se le da de comer bananas, caña de azúcar y otros vegetales. Durante la ruta se realiza otra interesante actividad que consiste en preparar una medicina natural para cuando los elefantes se sienten mal del estómago. Se prepara machacando azúcar de caña, arroz, hojas de plátano y tamarindo en un molcajete gigante.
Todas las mujeres que trabajan en el resort son chicas de la etnia Karen a las que la fundación aporta toda la educación necesaria para su desarrollo. Aprenden inglés y una profesión orientada al sector turístico. Entre otras enseñanzas se incluye el Muay Thai, una disciplina de autodefensa y también se les ayuda con micro-créditos para aquellas que quieran emprender. De forma que el resort resulta además de un hogar, un lugar idóneo de aprendizaje para ellas y por supuesto cobran un salario justo por un trabajo digno.
Comentarios