Una vez que se ha entrado de lleno en el nuevo año son muchos los motivos que se tienen para pedir, sobre todo, salud a todas las personas que felicitamos el año. Uno de ellos es huir de las situaciones estresantes y que nos producen tensión.
Y es que los especialistas en tratamientos frente al estrés de Nascia, que ayudan a recuperar el control y alcanzar objetivos personales mediante la concentración, técnicas de respiración o aprender a dominar las emociones, han elaborado la Agenda del estrés para 2020: 12 meses y 12 causas por las que el estrés puede hacer acto de presencia. No significa que todo el mundo caiga en sus redes todos los meses del año, pero sí es cierto que la mayoría cae en el estrés durante alguno de estos meses. Y es que siempre existe una excusa para disparar los niveles de tensión.
Comienza el año con ENERO, un mes en el que tras el consumo de las fiestas viene acompañado en forma de tensión por la famosa "cuesta". Los gastos de Navidad y Reyes se hacen notar y la economía es uno de los factores más estresantes para cualquier ciudadano. Por si esto fuera poco, los propósitos de año nuevo no contribuyen poniendo cargas a la hora de ‘obligar’ a adelgazar, dejar de beber, dejar de fumar o hacer deporte, entre otros.
FEBRERO es un mes tranquilo pero si se vive enamorado o enamorada la tensión de regalar algo por San Valentín no deja de ser un momento de dudas y de tensión. Qué regalo hacer, si gustará, qué expectativas habrá…Tranquilidad, que aún puede agravarse si se tiene familia y hay que disfrazar a todos los niños por carnaval. Buscar disfraz, no repetir, etc. Las tensiones de una celebración cada vez más ‘obligatoria’.
En MARZO el calendario del estrés es más generoso. Hay quienes se estresan con el mejor regalo que se le puede hacer a un padre en su día, pero no es de los meses en los que el estrés hace más mella.
Con la primavera recién comenzada el mes de ABRIL es en el que aparecen los primeros síntomas de astenia primaveral. Es un síndrome que cada vez sufre más gente y por el que la falta de sueño, el cansancio y el cambio horario afecta cada vez más al estado de ánimo de muchas personas. Más irascibilidad, más tensión. Comienza a subir la curva por meses en el perfil de estrés.
Durante el mes de MAYO los especialistas indican que unos pocos prolongan los síntomas de la astenia, pero también el día de la Madre es una forma de competir contra la tranquilidad con el regalo que se debe hacer a mamá. Y si puede ser tan bueno o mejor que el de papá, pues también. Época de compras y de buscar hasta última hora el mejor de los detalles con el fin de expresar algo que se pronuncia de forma habitual: ‘te quiero mamá’.
Y llega JUNIO, el mes en el que los niños comienzan sus vacaciones. Más tiempo en casa, mayores responsabilidades y, cómo no, más momentos propicios para el estrés en familia. También suele ser un mes estresante para los ‘detallistas’ que quieren dejar todo el trabajo hecho antes de irse de vacaciones. Más volumen de trabajo, poco espacio para delegar y mayor carga de tensión operativa.
JULIO y AGOSTO son los meses en los que más se debería descansar. Pues aunque así suele ser, es también el momento de estresarse preparando las vacaciones. Equipaje de los niños, presupuesto para lugar vacacional y un sinfín de listas de viaje. ¿Quién dijo descanso? No tener apenas ninguna responsabilidad y viajar solo, seguramente sea la forma de reducir el estrés al mínimo. Todo ello aderezado con la fobia a volar, una cantera de tensión y estrés.
SEPTIEMBRE es un mes complicado en el calendario del estrés por varias razones: preparar la vuelta al cole de los niños (estrés económico), síndrome postvacacional (por la vuelta a la rutina laboral) y también porque comienza de nuevo la carrera de los horarios y la conciliación familiar-laboral.
El mes de OCTUBRE marca el inicio de las actividades extraescolares y también los primeros efectos del otoño. Los días se hacen más oscuros antes de tiempo, menor luz, cambio de rutinas y empeoramiento del tiempo. Esto hace que muchas personas caigan en una especie de "depresión otoñal" a la que acompaña un estrés motivado por todo ello. Pero, además, comienzan los "bailes" horarios para poder llevar a los que tengan hijos a todas sus actividades extraescolares.
NOVIEMBRE viene marcado en rojo por el estrés de las compras en el Black Friday. Buscar de forma compulsiva en la red la mejor oferta del mejor producto, la conocida tensión del "comprador de campañas". Estar conectado más tiempo a las páginas de comercio electrónico y también, cómo no, a la del banco para conocer el gasto en este fin de semana. ¿Quién da más?
Y, finalmente, DICIEMBRE como el colofón a esa tensión acumulada durante el año. Inicio de vacaciones de Navidad con los niños en casa y el estrés económico de la preparación de comidas, cenas y regalos navideños. Aglomeraciones en centros comerciales, atascos en la ciudad y para rematar los temas de conversación que más estresarán en esas reuniones los días señalados.
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