Todo comenzó un mes de junio de hace tres años. Fue entonces cuando David Morera, guiado por una ilusión desbordante y media vida entre fogones, decidió abrir en 2021 las puertas de su primer gran proyecto: Deliri. Un restaurante en pleno centro de L’Eixample, el barrio trendy de Barcelona, en la calle de Còrsega 242, en el que no solo volcaría toda su inspiración y creatividad sino que además se erigiría como un reclamo a la importancia que presentan los sabores y la calidad de la cocina tradicional, con un toque distinto.
David Morera es un chef barcelonés cuya pasión por la cocina le viene desde muy pequeño. Cuenta con más de 15 años de experiencia entre fogones, destacando sus estancias en restaurantes de reconocido prestigio, pasando por el Cuore de Albert Ventura, Els Tinars de Marc y Elena Gascons, así como Alkimia de Jordi Vilà y Dos Palillos de Albert Raurich. Aportando un toque diferente, en el currículum de David también aparecen estancias en Relais Châteaux, así como en yates privados.
Inspirado por la honestidad y la simpleza que presentan los sabores de siempre, Morera diseña para Deliri una carta ad hoc en la que platos de toda la vida destacan por presentar un toque de autor único que los diferencia y los distancia de la receta típica de cualquier restaurante convencional. “En Deliri buscamos la sinceridad. Por eso nuestra cocina se basa en la temporalidad del producto. No queremos que el cliente caiga en una costumbre, sino que además de los favoritos que siempre tenemos en carta, pueda disfrutar de platos distintos elaborados con productos de buena calidad y de cercanía”, afirma David Morera, chef y director de Deliri.
Tres años después de abrir sus puertas, Deliri sigue sorprendiendo a sus clientes con una carta en constante renovación, en función de la temporada. Asimismo, independientemente de ésta, de entre todas las creaciones de Deliri, los comensales pueden degustar los platos estrella del restaurante. Desde los Macarras de la abuela, tres grandes macarrones rellenos de pollo y butifarra con salsa de tomate reducida al horno a baja temperatura durante 10 horas, pasando por el Arroz meloso con gambas, el Pimiento escalibado con tapenade, habitas y patata rota, o la Carrillera de ternera con parmentier de patata, entre otros. Para los más golosos, Deliri tiene preparado su famoso tiramisú, chocolate con aceite y sal, manzana con coco, chocolate blanco y yuzu, o una tabla de quesos.
Todo un espectáculo de sabor y de calidad, en un local acogedor y personalísimo, en el que a través de una cocina abierta cualquier cliente puede contemplar el proceso creativo de un delirio de sabor. Y es que, como su propio nombre indica, Deliri no es un restaurante convencional sino un lugar donde todo paladar disfrutará de una sensación de éxtasis y de delirio desde el primer plato hasta el último bocado del postre. De ahí que no haya pasado desapercibido por la prestigiosa Guía Michelín y la Guía Repsol, en las que aparece incluido como recomendación.
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