Hablar de la joven actriz Cristina Abad es hablar de un sueño realizado. Desde bien pequeña supo que la interpretación tenía que ser parte de su vida, de hecho, hoy por hoy, no se puede llegar a visualizar en ningún otro trabajo. Su constancia y formación hicieron que lograse arrancar ese sueño de la ficción de su imaginación para trasladarlo a la realidad, una realidad convertida en una de las protagonistas de la serie diaria de TVE, Servir y Proteger.
Cristina se mete todos los días en la piel de Paula una joven policía que tendrá mucho que demostrar a todo Distrito Sur su valía. Un personaje que tiene mucho más de la propia actriz de lo que ella se hubiera imaginado. La fama le llegó con la serie Acacias 38 de TVE poniéndose en la piel de María Luisa, una de las protagonistas.
El año pasado se subió a las tablas para dar vida a El funeral una comedia dirigida por Manuel Velasco y protagonizada por Concha Velasco y Antonio Resines, obra que le ha merecido crecer profesionalmente.
Cristina ha estudiado teatro con el director de escena Roberto Cerdá, así como en el estudio de interpretación de Juan Codina con grandes profesores como Fernando Soto y Laila Ripoll. Hasta hace poco, el actor y director, Pedro Casablanc ha sido uno de sus formadores de interpretación. Ha participado en diversos cortos como Desconexión dirigido por Juan López con el que ganó el premio a la mejor actriz protagonista en la Gala Raccord 2014, o Fashionlins dirigido por Manuel M. Velasco para la Fashion Week Miami 2016.
Vuelves a la televisión con la cuarta temporada de Servir y proteger. Háblanos de tu personaje Paula Bremón.
Tengo que decir que es una chica muy jovencita y con muchas ganas de comerse el mundo dentro de la policía. Paula Bremón ha estudiado mucho se ha currado mucho todas las pruebas que ha tenido que pasar hasta llegar a hacer las prácticas de policía.
Su tío, Emilio Bremón, es comisario en Distrito Sur y le ha servido de inspiración desde pequeña. Paula llega a la comisaría y en un principio nadie le toma en serio por ser la sobrina del comisario, creen que es una enchufada, hasta que operativo tras operativo demuestra que se le puede tomar en serio y que seguramente llegue a ser una gran policía.
Tu personaje en la serie luchó para ser policía contra todo pronóstico, ya que su familia quería que fuera a la universidad. ¿Crees que esto es el punto de unión entre Paula y Cristina?
Pues fíjate que nunca había pensado en ello, pero ahora que lo dices sí y rotundamente sí. Paula siempre ha tenido claro que quería ser policía, en su caso tenía a su tío como referente y tuvo que luchar e ir en contra de los deseos de sus padres hasta conseguir su sueño. De momento está en prácticas pero por lo que parece es una muy buena policía y tiene muchas ganas de crecer en este ámbito, es muy ambiciosa y trata de demostrar siempre que vale para ello hasta el punto en el que sus padres lo han aceptado y terminan apoyándole en este trabajo, creen y confían en ella.
En mi caso no he tenido ningún referente familiar pero siempre he luchado por mi sueño en contra del deseo de mis padres, aunque sí que terminé mi carrera de profesora de Educación Infantil. Como Paula, aún me siento en prácticas, aprendiendo continuamente. Ojalá en mi caso me den tantas oportunidades como a ella.
La fama te vino con la serie “Acacias 38”, de la que te fuiste casada y todo.... ¿Qué ha aprendido la actriz durante este periodo?
Durante Acacias he crecido actoralmente. Por mucho que haya estudiado interpretación, y lo siga haciendo, Acacias ha sido una gran escuela que me ha formado profesionalmente y a la que le debo la actriz que a día de hoy soy. Fueron tres años en los que me dio tiempo a verme en televisión cada día de forma muy crítica con el fin de limar sutilezas.
En Acacias aprendí a normalizar guiones de época, aprendí a acercarme el texto a mí misma. Aprendí cosas de esta profesiones buenas y no tan buenas por las que todos pasamos en algún momento y a sobrellevar todos esos momentos. Crecí como actriz pero también como persona.
En el impás entre serie y serie, te hemos visto sobre el escenario con El Funeral, una comedia dirigida por Manuel Velasco e interpretada por Concha Velasco y Antonio Resines, entre otros. ¿Qué se aprende tras trabajar con estos dos tótems de la interpretación?
En el momento que me dicen que voy a trabajar con Concha Velasco y Antonio Resines me moría de la ilusión y a la vez de miedo. Pero cuando te das cuenta que son tus compañeros, que Concha era mi abuela en el escenario pero también fuera de este (de hecho yo le saludaba llamándole “abuela”) y que Antonio no es solo un actor increíble con una energía maravillosa si no también un gran compañero, a partir de ese momento todo va sobre ruedas.
De Concha aprendí a no tener miedo al escenario, ni al público, ni al texto. Aprendí que la vida de un actor, como todos sabemos, es pan para hoy y hambre para mañana. Constantemente en sus conversaciones estás recibiendo consejos. De Antonio aprendí a aceptar las críticas, a reírme de ellas y con ellas. Aprendí a pasármelo mejor de lo que ya lo hacía.
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