El Día de San Valentín siempre genera polémica: mientras que muchos enamorados se juran amor eterno a la luz de las velas, otra gran parte de la población huye de esta tan señalada fecha del mes de febrero en busca de planes alternativos lejos de flores, bombones y exageradas demostraciones de amor en público. Por ello, los expertos en viajes de Viajeros Piratas han seleccionado algunos de los planes anti-San Valentín más curiosos y divertidos para este 2020:
Sólo para singles
Madrid acoge uno de los restaurantes favoritos de los singles: El Pele Mele, que cuenta con teléfonos en cada una de sus mesas, con el fin de que sus comensales puedan comunicarse entre mesas, flirtear y, en el mejor de los casos, invitarse a tomar una copa o chupito… El plan perfecto para los que todavía no han encontrado el amor y buscar pasar un 14 de febrero muy canalla.
Con las manos negras y babero
Los calçots, comida típica en Cataluña, están en plena temporada y comerlos es toda una prueba de destreza. Esta deliciosa variedad de cebolla se asa a la brasa y se come con las manos, por lo que lo normal es terminar con los dedos negros y utilizar grandes baberos para no terminar manchado hasta las orejas. El plan menos sexy, pero también el más goloso.
Visitar la ciudad donde San Valentín es ilegal
Para estar seguro de evitar las rosas rojas y los corazones de chocolate, ¿por qué no visitar un lugar donde esta fiesta está prohibida? Belgorod, una ciudad de 370.000 habitantes en la Rusia occidental, prohíbe cualquier celebración de San Valentín por considerar que entra en conflicto con los valores morales rusos, ya que incita al consumismo. No habrá decoraciones en forma de corazón en los escaparates ni habrá que reservar mesa con meses de antelación en un restaurante, porque aquí el día de San Valentín es oficialmente ilegal.
Paisajes impresionantes con un olor a huevo podrido
Para los que quieren huir del sobrecargado olor a perfume que inundará el ambiente por San Valentín, se puede visitar Rotorua, en Nueva Zelanda, también conocida como "La Ciudad del azufre". Rotorua no es sólo famosa por sus espectaculares géiseres, sino por su peculiar olor a huevo podrido. Este aroma tan poco romántico proviene de su rica actividad geotérmica y su alta concentración de azufre.
Habrá que poner ojitos
Para quienes quieran huir de las intensas miradas a los ojos, el club londinense "Proud East" propone pasar el día de los enamorados jugando al pingpong o al billar en la oscuridad. El club invita a todos aquellos que odien San Valentín, ya sean solteros, parejas, los “es complicado”… a compartir esta velada de forma original. Se instalarán luces UV para ofrecer un mínimo de visibilidad y no terminar la noche de San Valentín en la sala de urgencias.
¿Cuántos microbios se transmiten en un beso?
Para quienes quieran arriesgarse a descubrirlo, una visita a Micropia, el primer museo interactivo del mundo dedicado a los microbios. Ubicado en el Zoológico Artis Royal en el corazón de Ámsterdam, Micropia acoge miles de microorganismos –y cuenta con un "Kiss-o-Meter", una máquina futurista que te ofrece la posibilidad de comprobar en directo cuántos tipos diferentes de microbios y bacterias se intercambian en un beso. ¡Una excelente manera de poner la relación a prueba... de la ciencia!
La ciudad menos romántica del mundo
La falta de romance está asegurada en Charleroi, famosa por ser "la ciudad más fea de Bélgica". Allí se puede visitar la ciudad en el "Tour de aventura de Charleroi" y decidir por uno mismo si esto es cierto o sólo un ejemplo más del sentido de humor belga. La web de la empresa organizadora del tour lo anuncia como: "La ciudad industrial más increíble de Europa y la ciudad más fea del mundo según una reciente encuesta”.
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