Numerosas son las críticas que han recibido diseños y diseñadores en las pasarelas por la dudosa estética y salud de sus modelos. Muchas han sido las firmas acusadas y señaladas por usar a hombres y mujeres demasiado delgados y delgadas que pueden llevar a los jóvenes a caer en enfermedades alimentarias, como la anorexia o la bulimia.
Las tallas y los complejos están a la orden del día en este sector, por lo que se ha decidido establecer una serie de medidas para aplacar esta práctica. Concretamente, ha sido la moda francesa la que ha iniciado este nuevo plan, encabezado con LVHM y Kering, las cuales engloban firmas como Louis Vuitton, Balenciaga, Gucci o Dior. Este contrato pone de manifiesto que no utilizarán, ni en publicidad ni en los desfiles, a modelos que tengan una talla inferior a la 34, en las mujeres, y una 42 en los hombres.
Esta nueva ética, llamada “carta sobre las relaciones laborales con los maniquíes”, establece las nuevas condiciones que tienen como objeto asegurar el “bienestar de las modelos”. Todo ello respaldado por un certificado médico que asegure que la salud de cada modelo es correcta.
Además, los menores de 16 años no podrán participar en la presentación de productos dirigidos a los adultos y los que no tengan la mayoría de edad no podrán trabajar entre las 22:00 y las 06:00 con el fin de salvaguardar sus “obligaciones escolares”. Todo esto estará garantizado por un comité de seguimiento, constituido por representantes de las agencias de modelos y de las marcas.
De esta manera se espera aplacar las críticas que marcaron la Paris Fashion Week del pasado marzo. Balenciaga fue el protagonista de la polémica, ya que encendió los ánimos al contratar a modelos de una agencia que “había tratado de forma sádica y cruel” a las jóvenes que habían estado encerradas en la escalera de un inmueble, según explicó el director de casting, James Scully.