“Es una mujer con sombra de niña, la persona más trabajadora que he conocido (y yo mismo ya me consideraba trabajador y exigente), pero ella lo es aún más”, palabras que definen a la estilista y diseñadora María Bernad y que puestas en boca de su actual pareja, el periodista y modelo, Roberto Ruiz, están dotadas de un interés aún más especial.
María lleva la moda puesta desde pequeña gracias a su familia y cuenta con una gran referente: su abuela, de la que guarda todas sus piezas para poder disponer de ellas a día de hoy y así revivir las historias guardadas entre chaquetas de lentejuelas, joyas y pañuelos de época.
Descubrió su pasión desde muy joven: la moda. Desde entonces, su esfuerzo y dedicación son la causa de un perfil asalmonado, looks realmente diferentes con un toque masculino con los que es capaz de expresar su más profundo sentimiento hacia el arte y prendas a través de las cuales, pretende crear un uso sostenible y responsable de la moda en una sociedad donde reina la dictadura del consumo: “Son pequeñas piezas que tienen una historia y que al igual que a algunas personas les resulta poco agradable, para mí es apasionante porque pienso que puede tratarse de una prenda que ha llevado una mujer en los años 70 con sus perlas…”
Hablamos de una sociedad que ha llevado a Bernad a embarcarse en su propio proyecto Les Fleurs, una marca que nace del cariño y la dedicación familiar, pues tanto su madre como ella son co-fundadoras: “Es un proyecto sostenible porque también reparamos prendas. Optamos por darles una vida en vez de ir de tienda en tienda (…). Es algo que disfruto con mi madre, no me cuesta nada porque realmente me gusta”.
Pero no está sola, cuenta con el incondicional apoyo de Roberto, a quien considera “un pilar fundamental” en su día a día. Su pasión por la escritura le ha llevado a estudiar periodismo, algo que este joven modelo considera muy contradictorio por la creatividad que lleva dentro. “El periodismo es la bandera de la objetividad, a mí me parece mucho más divertido la ficción, las historias que puedas vivir de una manera pero que luego tienes opción de contar diciendo que son ficción”, así muestra Ruiz su atracción por la literatura y la escritura creativa, en la que ahora se está especializando.
Su pasión por el fútbol, le trae muy buenos recuerdos y le ha otorgado valores que ahora dice aplicar en su vida diaria como la disciplina, la confianza en uno mismo, el espíritu, el sacrificio y el trabajo en equipo. Memoria que para él todavía queda en el presente no sólo por lo que implica en su personalidad, sino en su trabajo como modelo.
María ha escuchado tantas veces la historia de su primer trabajo como modelo que podría contarla con las mismas palabras e incluso con la misma ilusión que Roberto tenía aquel día en el que comenzó todo a la salida del clásico partido de fútbol que tenía lugar los domingos: “Siempre que terminaba, tenía muchísimo hambre e iba al centro comercial en chándal con mi madre y la gente que había venido a ver el partido. Allí estaban organizando un desfile. Me vieron y me animaron a desfilar. Yo les dije que venía de jugar al fútbol y que quizás no estaba en las mejores condiciones pero insistieron en hacerme un par de fotos”, recuerda Ruiz.
Podríamos hablar de Roberto como un apasionado por el fútbol, pero sin embargo no volvería a ello de forma profesional y admite que la vida es demasiado corta como para dedicarte a demasiadas cosas. “Tienes que ver dónde aportas más valor y yo creo que ahora aporto más valor en otros campos”, asegura. Campos que quizás comparta con con María, porque aunque sean polos opuestos, se atraen. María, un terremoto, con muchas cosas que hacer y Roberto, siempre transmitiendo esa tranquilidad que le caracteriza.
La moda es el punto de convergencia o como diría María, “una expresión que refleja el modo en el que se sienten las personas”. Roberto comparte esta misma opinión y señala además que se siente muy identificado con los actores de las películas: “Si veo un clásico de Jude Low, que va con trajes de colores, con camisas… Al día siguiente me despierto y me apetece ponerme ropa clásica, con colores como por ejemplo Praibeit, que es una marca de la que soy embajador y está haciendo ropa muy apetecible (…) La moda te ayudará a contar la historia que sientes en el momento”.
Ambos con un estilo vintage y siempre con esa curiosidad por volver al pasado a través de las piezas más rebuscadas que puedan existir. Su último proyecto juntos es un fashion film para dos diseñadores madrileños dueños de una marca transgresora que se presentará dentro de poco. Un proyecto, del que ambos hablan con especial cariño. “Trabajar con María es mucho más natural y más cómodo”, dice Roberto sobre su último trabajo juntos. “Somos amigos pero también somos pareja y quieras o no, eso se nota ante la cámara. Hay una confianza que a veces es mala”, comenta María entre risas.
Proyectos que han emprendido juntos pero con otros muchos por cumplir. María ya cuenta con su propia marca Les Fleurs mientras Roberto escribe Bizarro, un relato aún sin terminar y del que tampoco se agobia por hacerlo.
Cree que el mayor enemigo de la literatura y de las cosas del buen hacer son las prisas y que saber esperar es siempre una virtud. Por eso hace mención a uno de sus ídolos, Juan Tallón, a través de una frase de la que Roberto toma plena conciencia: “Un escritor está escribiendo aun cuando no está escribiendo”.
Un periodista con una historia por contar y una diseñadora apasionada de la moda que admira todo lo que cuenta, incluso calla para escuchar ese “off the record” aún por conocer.
Fotografía: Charlie Cole (@charlienarcotic)