Berta Jiménez -
Unas inmensas ganas de bailar: eso es lo que produce el musical Rumba en el público. Ganas también de cantar y de aplaudir sin parar. No suele haber espectáculos tan vitalizadores, que aporten tanta energía, pero éste consigue hacer que todos los asistentes salten de sus butacas y se sientan parte de la función.
Lo nuevo de Mayumaná lo dice todo con el nombre. Rumba es un constante bailoteo de manos, pies, caderas y todo lo que se pueda mover; probablemente, no hubo nadie en el Teatro Rialto de Madrid que no sacudiera su cuerpo aquella noche. Es un mar de ritmos que inunda la sala mientras las canciones de Estopa -hiladas inteligentemente para contar la clásica historia de un amor imposible por el enfrentamiento de dos familias− se reinventan en cada estrofa. Las potentes voces de los personajes hacen un repaso por los temas más conocidos del grupo y el buen ambiente se palpa desde el inicio.
Si la esencia de los hermanos Muñoz –David y José Manuel, integrantes de Estopa− es protagonista, la percusión y el juego de ritmos brillan aún más. Con artilugios de toda índole, los artistas crean verdadera magia: botellas de vino, cajas de un bar cualquiera o viejos tubos metálicos nunca tuvieron tanta belleza. La percusión corporal es también otra de las reinas del espectáculo. Resulta maravilloso ver cómo los bailarines se complementan tan bien unos con otros, cómo saben perfectamente cuándo dar la palmada exacta y, sobre todo, cómo hacen que el trabajo en grupo tenga sentido. Un golpe en el pecho no suena igual si el compañero no taconea una milésima de segundo después.
No es necesario ser un fan absoluto de Estopa ni de Mayumaná para quedar asombrado por este fenómeno musical, en el que todos los artistas demuestran ser polifacéticos. Pasan de tocar la guitarra a bailar break dance, y después cogen el micro para cantarse un temita de aires flamencos sobre una base de beat box. Poder contemplar eso, es simplemente, una exquisitez. Es una pena que no se pueda ir al teatro todos los días.
LUGAR: Teatro Rialto. C/ Gran Vía, 54, 28013 Madrid
FECHA: de miércoles a domingo hasta el 4 de junio.
ENTRADAS: Aquí.