Miriam Robles -
Dicen que cuando el pecho sangra, la pluma puede sosegar el ansia.
Dicen que cuando la agonía instiga, cuando la vida se hace esquiva
la creación se torna necesaria.
Soy como un fuego abandonado,
expandiéndome hacia todos lados.
Soy una casa vacía,
abandonada, nunca vendida.
Tengo dos ojeras malvas
enfermas de sufrir;
agotadas del cansancio de fingir.