Pedro Javier Martínez -
Diferencias y aceptaciones de una población marcada por la opinión muy influenciada de los demás ¿Por qué no es aceptado este estilo musical en una cultura tan extensa como la de Rumanía?
De no ser por la atmósfera negativa que se ha creado en contra de este estilo musical, ni de la mala opinión que ha creado la población no gitana, guiada por los expertos en la materia musical, el Manele se escucharía en la mayoría de clubs nocturnos de toda Rumanía e incluso de los países lindantes como uno de los estilos más pegadizos de la música eslava. Pero no es el caso.
Este estilo musical que proviene de oriente ha nacido de un cambalache de culturas surgidas de los Balcanes. Ritmos de origen turco, melodías derivadas de la música tradicional de Serbia y arreglos similares a la música griega que dan como resultado lo que denominamos Manele.
Se trata de un tipo de música binaria que repite 16 compases combinando melodías provenientes de sistemas electrónicos con instrumentos generalmente de viento, ritmo acelerado muy similar al del reggaetón y letras de amor, protesta social (generalmente de la población gitana) y dinero.
El compositor más famoso y el más escuchado es Florin Stoian o como es conocido aquí 'Florin Salam'. Es el cantante más laureado en toda Rumanía y también el más respetado. Algunas de sus canciones más importantes son Te iubesc (Te quiero) y Dragostea ta (Tu amor). También surge la figura de Adrian Simionescu 'copilu’ Minune' con sus obras Jumatate tu jumatate eu (La mitad tu, la mitad yo) o Chef de chef (El jefe de los jefes). Otros compositores también gozan de fama como son Nicolae Guţa, Denise, Sorina, entre otros.
Música poco sofisticada
En Rumanía el Manele es considerado "música subcultural, poco sofisticado, muy mal elaborado e incluso vinculado a la población menos inteligente". Esto es debido a que la mayor parte de la población que escucha el Manele es gitana y ésta no goza de muy buena fama en el país.
Es cierto que el ziganismo hace un gran uso de este estilo musical pues lo considera una protesta frente a las adversidades que subyugan en este pueblo romaní. De hecho, estas letras hablan sobre hechos y castigos a los que son sometidos los gitanos en Rumanía.
En Rumanía existen muchas desigualdades entre los habitantes de Rumanía y los gitanos. Unos son acusados por irse a otros países a delinquir siendo tipificados a nivel general, y otros son obligados a vivir en zonas periféricas con muy pocas necesidades básicas. Es por esta razón que los habitantes de Rumanía, separados por su origen no lleven una convivencia sosegada.
Estas diferencias implícitas son traspasadas a la cultura musical, y en este caso en el Manele, pues para unos supone una vindicación, una forma de llamar la atención a modo de desobediencia y para otros es una instrucción subestimada que se debe olvidar, pues no se considera parte de la historia de Rumanía.
Actualmente el Manele se encuentra en una situación un poco delicada, al estar entre dos opiniones paralelas que nunca llegaran a cruzarse en un mismo punto. No es más que una música surgida en un contexto determinado, parte de un relato histórico. No tiene porque ser abandonada, ni mucho menos minimizada. Pero por más clichés que se pongan a este estilo musical nunca llegará a desaparecer de la historia. Puede gustar más o menos, puede ser escuchado o no, pero perdurará siempre pues es una música muy pegadiza con un ritmo envolvente.