Miriam Robles -
Este año el festival Musa Cascais parecía ser una congregación de bellezas naturales. En un ambiente íntimo a pie de un sólo escenario, convivieron jóvenes de distintas nacionalidades para asistir a la visita de algunos de los más grandes del reggae a nivel internacional; hablamos de artistas como Alborosie, Max Romeo, Jesse Royal o Tanya Stephens. Pero estos no eclipsaron la luz que trajeron algunos de los artistas portugueses como Terra Live, Supa Squad o Chapa Dux, ya conocidos de sobra por un público entregado que les ha visto crecer.
La primera noche, el Día Internacional del Reggae fue honrado como se merecía. Terra Livre inauguró el Festival con un mensaje que invitaba al contacto con la naturaleza y abrió paso al flujo de energía positiva que no acabaría hasta el final del festival. Les siguió el grupo Marcus Da Lion, artista británico acompañado de músicos portugueses,quienes continuaron la fiesta al ritmo de Dancehall y Reggae. Su cantante confesó haber encontrado la inspiración durante los años que pasó en Panamá; tanto él como el resto de componentes del grupo se mostraron cercanos, tranquilos y humildes.
Los dos jóvenes artistas de Supa Squad, acompañados por bailarinas de expresiones poderosas, marcaron un antes y un después en el transcurso del festival; mantenían una relación especial con el público, al que uno de sus componentes, Mr. Marley, definió durante el concierto como “ uno de los públicos más lindo que yo ya vi” . Sobre la fama admitieron que “no llegó de un día para otro” y que les trajo motivación y a la vez la responsabilidad de continuar satisfaciendo a su público. Ellos marcaron el comienzo de un baile ininterrumpido hasta que Alborosie dio el gran final que la noche merecía.
A la mañana siguiente algunas miradas que en la noche anterior se cruzaban alegres y ya algo enrojecidas, se reencontraban más serenas en la playa, a dos minutos del recinto del festival que también albergaba el camping. Durante el día el reggae continuaba sonando entre pases de balones, exhibiciones de tatuajes, y mucha paz.
Ya cuando el sol dejaba respirar, llegó el turno de artistas como BDJoy o Chapa Dux, grupo que ofreció un concierto dinámico, con un sonido limpio y la combinación perfecta y simple de saxofón, clarinete, guitarra, bajo, teclado y batería. Demostraron tener mucho groove y presencia en conjunto, aunque el sonido cinco estrellas se lo llevaron los vientos.
La aspiración de su cantante, Diogo Bernardes, quien dice componer sus letras basándose en las experiencias de vida, es que su música le permita viajar por todo el mundo. Quizá su sorprendente fusión de ritmos se debe a que su baterista viene del Hip Hop, el saxofonista del Jazz y el bajista del Punk y Ska, pero lo cierto es que fue uno de esos conciertos que mantienen los cuerpos inquietos de principio a fin.
El cierre del gran finde semana lo dio el gran Max Romeo, quien deleitó los oídos de todos con temas clásicos como Iron Shirt, poniendo el broche a dos intensos días de puro reggae y energías positivas.