Lugo
Cuenta la leyenda que hace más de 17 siglos los romanos construyeron una muralla de 2 km y 10 puertas para proteger el Bosque Sagrado de Augusto, que da nombre a la actual ciudad gallega de Lugo “Lucus Augusti”. La UNESCO la declaró en el año 2000 Patrimonio de la Humanidad. En algunos tramos alcanza los 7 metros de ancho, lo que permite pasear por las alturas y detenerse en algunas de sus 85 torres para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.
Ciudad Rodrigo (Salamanca)
En la provincia de Salamanca se encuentra Ciudad Rodrigo, rodeada con dos líneas de muralla construidas en el siglo XII por orden de Fernando II, y reformadas en el siglo XVIII. La muralla medieval, que sigue prácticamente intacta con sus fosos y algunos de sus cañones, está acondicionada para poder pasear por ella a lo largo de sus 2 km de longitud, en los que en ocasiones, alcanza los 13 metros de altura.
Ávila
Ávila es un claro ejemplo de la buena conservación de una ciudad fortificada. La muralla tal y como la conocemos surgió en la Edad Media, y no se tienen detalles ni nombres de los implicados en su construcción, aunque se cree que fue una obra conjunta de cristianos y mudéjares. Con más de 2 km de longitud y 87 torres tiene tres accesos y un cuarto adaptado para personas con movilidad reducida. Desde las alturas de la muralla se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y de una gran cantidad de actividades culturales, desde Teatro en la muralla o una ronda poética hasta visitas guiadas de Leyenda.
Pedraza (Segovia)
A unos 37 km al nordeste de Segovia se encuentra la localidad de Pedraza, una villa medieval amurallada declarada Conjunto Histórico en 1951. La muralla es una construcción militar del siglo XI, cuyo deterioro fue temprano. En la actualidad se conserva un lienzo de muro y una única puerta de acceso. Pedraza se caracteriza por encontrarse en un enclave rocoso rodeado por el arroyo Vadillo que baña la Villa y sus alrededores. Además, su patrimonio artístico, tiene un gran interés cultural: varias iglesias románicas, un castillo y una gran cantidad de casonas y palacios señoriales se encuentran en el interior de la Villa.
Granadilla (Cáceres)
En la provincia de Cáceres se encuentra Granadilla, una villa amurallada antiguo señorío de Granada. La construcción del embalse Gabriel y Galán provocó el desalojo del pueblo en 1965. Quince años más tarde la villa fue declarada Monumento histórico-artístico y a partir de la década de los 90 se ha rehabilitado y restaurado para favorecer el turismo en la zona, que admite visitas dentro de un horario fijo, todos los días excepto los lunes, por las mañanas de 10:00 a 13:00, y por las tardes de 16:00 a 18:00, en verano hasta las 20:00.
Trujillo (Cáceres)
También en Cáceres se encuentra la villa de Trujillo. Su muralla levantada por los musulmanes en el siglo X fue reformada por los cristianos principalmente durante la Edad Media. Tiene 22 torres, algunas aisladas y otras pertenecientes a otros edificios medievales y cuatro puertas: la Puerta de la Coria, la Puerta de San Andrés, la Puerta de Santiago y la Puerta del Triunfo. Formando parte del conjunto medieval se alza el Castillo de Trujillo, que se puede observar, al igual que la muralla, paseando por las callejuelas de la villa.
Morella (Castellón)
Durante el siglo XIV y sobre unas antiguas construcciones árabes se levantaron las murallas de Morella, situada en la provincia de Castellón. Su función era proteger la villa y el Castillo, una imponente fortaleza militar construida aprovechando la roca natural sobre la que se alza. El perímetro de la muralla está reforzada por diversas torres entre las que se encuentran la de Redona, Le font o Del Rei entre otras, solo una de ellas es visitable la de Sant Miquel en la que se encuentra el Museo Paleontológico.
Peñíscola (Castellón)
Conocida como la fortaleza inexpugnable, Peñíscola se caracteriza por su castillo y sus murallas. El castillo está situado en la parte más elevada del peñón y fue levantado por los Templarios sobre restos de construcciones árabes. Las murallas se construyeron en distintas épocas, rodean el casco antiguo y se dividen en tres zonas, destacando por encima de todas la muralla renacentista.
Montfalcó Murallat (Lleida)
En la provincia de Lleida se encuentra Montfalcó Murallat, el mejor ejemplo de villa amurallada de Cataluña. Situado sobre una colina y con el muro perimetral perfectamente conservado protege una quincena de casas dentro de sus murallas, que datan del siglo XIII. El pueblo se caracteriza, principalmente, porque una única calle lo recorre por completo de forma circular y desemboca en una plazuela en la que se encuentra el horno comunitario.
Óbidos (Portugal)
Cerca de Lisboa se encuentra la villa de Óbidos, un pueblo encantador que se caracteriza por un colorido casco antiguo protegido por murallas en un excelente estado de conservación. Un paseo por las alturas ofrece hermosas vistas del conjunto, que pone su guinda con un majestuoso castillo elegido en 2007 como una de las Siete maravillas de Portugal.