Sharon Hillary Gamero -
Mira, toca, abre. Siente el tacto de la textura de sus portadas, y cuyo olor de sus páginas puede ser un viaje en el tiempo. El comienzo de una gran aventura.
Novelas, ensayos, poemas, cartas y cientos de párrafos y estrofas articulan el contenido único e inimitable de autores que desesperaron, amaron, odiaron, suspiraron, vengaron y elogiaron a través de palabras a ese valioso objeto nombrado libro.
Miles de historias, reflexiones y enseñanzas dotan bibliotecas de magia, virtuosidad y maestría. Hoja tras hoja, estos inspiran a quiénes buscan consuelo en sencillas o complejos líneas. Y es intensa e inédita esa emoción que se transmite cuando se eriza la piel con una lectura, o inmerso en un mundo imaginario, el inconsciente te otorga una evasión absoluta. No sólo una inquieta sonrisa desplaza tus mejillas sino que la curiosidad vacilante que se encontraba vacía te lleva hacia la locura más necesaria y contenida.
Amantes, detractores e ingenuos lectores amanecen tras noches de insensibles o suplicado insomnio junto a luces tenues que hacen de las suyas y les regalan inesperadas auroras.