Sharon Hillary Gamero -
Te conocí en los pasillos de aquel lugar construido en una época anterior, dónde las ideas daban lugar a la razón. Espectacular edificio, cuyas voces y ruidos me envolvían con sonidos. Eres en quien pienso, cuando mi voz quebrada intenta dar su último aliento en una circunstancia llena de malos momentos.
Eres por quien lloro, cuando creo que puedes transportarme en el tiempo a lugares inimaginables, que ni en los más bellos sueños. Cambias mis anhelos, cuando me propones un viaje hacia lo incierto.
Quiero detener el tiempo en el instante que siento que realmente esto es eterno. Siempre sentí que te elegiría en las adversidades y en los buenos momentos. Así, ha sido porque no tengo con quien refugiarme de forma más sincera que con tus melodías.
Quisiera elegirte cada instante de mi vida, para que me recuerdes que esta es única y que, aunque no me decida vas a estar noche y día. Y clamo al cielo para que mi último aliento sea sobre un escenario donde la vida es intensa y el dolor solo una excusa de los que sufren porque no se atreven a realizar sus sueños.
Eres quien más emociones me inspiras, y si de mí dependiese nunca dudaría. Has servido para transmitir los valores e ideas de los más grandes y te pido que me ayudes a encontrarme a mí misma. Eres la emoción materializada para quien elige que tú seas la protagonista.
Magistralmente, inspiraste a extraordinarios autores. Le entregaste ritmo a sus partituras y le otorgaste belleza a sus ilustrados acordes y espléndidas letras. ¿Quién podría vivir sin ti? Si le das sentido a las palabras más insulsas, absurdas y vacías que completan instantes que con tu ausencia no existirían.
La persona más fría acude a ti cuando la vulnerabilidad se introduce en su ser para darle satisfacción y ve oportuno sentir alguna emoción. Te encuentras en los más bellos versos, hasta en esos que no fueron escuchados.
Te adueñas del recuerdo haciendo de las tuyas, para que no te olvidemos bonita. Eres tan auténtica como distinta, tan dispersa como exquisita. Valiente y arriesgad decides dar voz a las personas que callan. Motivas de forma inigualable a quien decide dar el discurso de su vida, ese que será determinante.
Me cambiaste la vida, hoy no me siento más que agradecida. A ti, te dedico estos versos; querida MÚSICA.
Sharon Hillary Gamero
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