El ruido les estremeció. Todo cambió a su alrededor. Era extraño, indescriptible... como si el color hubiese cambiado de textura.
Atardecer en Ch. De Boondael Bruselas / Photo: Mike C Costa
Entraron a un mundo paralelo. De esos multicolor que no cesan en sus giros impredecibles. Empezaron a plantearse si esa distorsión de la vida real retrataría lo que esta es exactamente...
Una sucesión de “todos” descoordinados.
De repente, todo se fundió a negro. Y unos segundos después, allí estaban de vuelta a la terraza. Observando un precioso atardecer. Ninguno de los allí sentados se atrevió a comentar lo sucedido por miedo a haber sido el único en vivirlo.
La vida, continuó para todos.