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Foto del escritorRedacción

LA MODA INTERNACIONAL DESFILA POR LAS CALLES DE BÉLGICA


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París, Milán o Nueva York son las capitales de la moda por antonomasia, pero también Bélgica alberga importantes lugares que combinan el arte y el diseño textil. Es el caso de ciudades como Amberes y Bruselas, donde, además, la alta multiculturalidad convierte, cada día, a este pequeño país una continúa pasarela internacional.

Cuando se habla de moda en las calles de cualquier rincón del mundo nunca se piensa en Bélgica como referencia para el diseño textil. A pesar de que una encuesta realizada por el ‘Monitor Global Language’ no incluya ninguna ciudad belga en la lista de las cincuenta mejores ciudades para este arte, este país es un paraíso para los amantes de la confección, lo atrevido y los complementos extravagantes, sobre todo para la tendencia ’vintage’. A pesar de ello, numerosos medios de la moda, ya sea impresos o digitales, dedican artículos a este pequeño país, recomendando enfáticamente una parada obligada a la localidad de Amberes, considerada como una de las capitales mundiales de la moda por revistas como Vogue o diarios norteamericanos como The New York Times.

Bélgica es conocida por su estilo vanguardista y ‘deconstruccionismo’, es decir, con un pasado histórico. Alejados de los estilos tradicionales, a los belgas les gusta incorporar elementos de actividades artísticas como la pintura, la fotografía o la arquitectura. “Puedes ver a los belgas con cualquier cosa, desde faldas para los chicos, hasta esas camisas que usan con estampados de colores y de formas un tanto peculiares”, comenta Ana Álvarez, una estudiante erasmus de Publicidad en Bruselas. Pero todo ello tiene un motivo, la influencia que proviene de las prestigiosas escuelas de moda en el país.

Es cierto que no todo es arte callejero o de estilo rebelde, también existen grandes puntos de encuentro que convergen con la alta costura. Estos puntos se concentran en la rue Antoine Dansaert, en Bruselas, o en Meir, en Amberes, conocida por los belgas, como “la ruta fashionista”, matiza Jacques Peiten, estudiante de La Cambre, una de las más prestigiosas escuelas de moda en la capital. Estas calles descubren diferentes estilos y reflejan ese buen gusto afrancesado, lo que crea que el diseño belga fluya día a día por las calles del país. En el terreno profesional todo ello se debe gracias a que en Bélgica convergen dos de las academias más prestigiosas del mundo, la Academia de Moda de Amberes y la de La Cambre en Bruselas.

Históricamente, Amberes ha sido un centro de la moda internacional. Se cree que la ciudad se convirtió en referencia cuando ‘Los Seis de Amberes’ se hicieron populares. Pero ya en el año 1300, el comercio europeo de lana animó a todo tipo de pequeñas tiendas textiles para establecer su base en la ciudad portuaria. De hecho, la localidad costera tiene una sección de la ciudad dedicada específicamente a ésta, llamada el “Mode Natie”.

La cultura árabe, india o africana en la capital belga

Siglos después, Bruselas se ha convertido no sólo en punto de encuentro para miles de ciudadanos de todo el mundo, sino también en referencia para la alta costura, que se confirma con el inicio del movimiento ‘avant-garde’ o ‘estilo de Bélgica’.

Lo que destaca hoy en día en la capital belga no es su historia ni su estilo rebelde y alternativo, si no la amplia gama de estilos que día tras día se puede encontrar en la ciudad. Bruselas es conocida como una de las ciudades con un alto índice de multiculturalidad, y es que sólo el 20% de la población es de nacionalidad belga. La población árabe sale a la calle no con un simple velo o pañuelos de diferentes colores para cubrirse la cabeza, si no demostrando como la religión y la moda no están reñidas. Las belgas consiguen combinar el velo, o largas túnicas para los hombres, con ropa de la industria Inditex o prendas de la marca irlandesa Primark. “Que llevemos velo no significa que a la mayoría de chicas como yo nos guste ir a la moda”, afirma Keltum Debecker, una estudiante musulmana de la Universidad Libre de Bruselas.

Es frecuente ver África representada con los trajes regionales, compuestos de largas túnicas de estampados y telas pavorosas, con el añadido de grandes tocados y zapatos de tacón de alta costura para ellas. Al igual que la población India, que conserva el tradicionalismo propio de su tierra, utilizando el conocido sari, con pantalones bombachos y camisas de colores vivos y brillantes por las calles de la capital europea.

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Por todo ello, el Departamento de Turismo belga invita a conocer y descubrir cada rincón del país en que poder combinar la moda de todo el mundo. Lauren Discart, un joven diseñador participante en los ‘Brussels Fashion Days’, declara "el diseño en Bélgica se debe valorar y entender su importancia gracias al amplio potencial que hay en el país". Gracias a esto, hoy en día, las ciudades belgas como Amberes y Bruselas son consideradas a la par con Nueva York, París y Milán. Como resultado, el gobierno ha dado grandes pasos para revitalizar la industria textil y animar a los diseñadores a trabajar con los fabricantes nacionales.

Así, desde el gobierno, las escuelas y los propios diseñadores, se duda en afirmar que existen muchas razones para hacer de Bélgica una gran nación de la moda.

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