Al parecer no nos damos cuenta, o no queremos darnos cuenta de ello, de que nuestra vida está
llena de etapas, buenos y malos momentos, gente que conocemos y otra a la que dejamos por el camino con un simple despido emotivo. Pero debemos de ser conscientes de que todo esto es inevitable si queremos continuar nuestro camino.
Unos se dan cuenta de lo duro que es dejar su forma de vida conocida, sus amigos y familiares, en general sus costumbres. Estos lo pasan mal, viven en el pasado, sin poner la vista al frente, interrumpiendo su forma de vida actual, y porque no, también afectando a las nuevas personas que les rodean. No digo que etapa tras etapa vayamos eliminando todo lo posible de ellas, si no que las afrontemos como mejor creamos que pueden funcionar. Tampoco hacer lo que hacen otros, de olvidarse por completo, dejar a un lado sus vidas y centrarse al cien por cien en sus nuevas vidas, que indudablemente con el paso del tiempo, sera la única forma de vida que concibamos, recordando brevemente nuestra etapa anterior.
Afortunadamente o por desgracia, a lo largo de nuestras vidas recorreremos muchas etapas, debido a que vamos evolucionando como personas, crecemos, maduramos, nos relacionamos, en definitiva, avanzamos. Aunque sea duro, esta evolución es positiva, nos ayuda a seguir madurando como personas, a no quedarnos atrás. Parece que cuando se es mayor se crea una barrera, se es mas duro y no afectan esos cambios o esas despedidas, pero es al contrario, para nadie es fácil dejar atrás o a un lado, sin dejar de ser importante, a la gente que en algún momento no podían vivir sin ella o la casa a la que consideras tu hogar.
Todos podemos pensar en momentos en lo que hemos estado muy unidos a alguien que luego se marchara, momentos en lo que has creído que eran para siempre, sin ser o siendo conscientes de que nuestras vidas cambiaran, pero tenemos que tener en cuenta que nunca los momentos buenos se repiten. La realidad es que los caminos de las personas deben separarse ya puede ser un simple viaje, una convivencia, unas simples vacaciones de verano, el paso por el colegio, por el instituto, por la universidad, por un trabajo, o por una infinitud de cosas más.
Por lo que yo aconsejo tomarnos la vida como algo pasajero, en que vivamos el momento y aprovechemos al máximo con quien lo vivamos, que nos sea duro cambiar de entorno, de amistades, de hogar, pero que aun así sigamos adelante, que no nos afecte, que encontremos en las nuevas personas que conocemos, nuestro apoyo. Sobre todo, lo más importante, que sigamos sabiendo quienes somos, no perdamos nunca nuestra identidad.