Siempre vemos al gobierno de los Estados Unidos de América como un país fuerte, que sabe lo que hace y que lo que hace, está bien. Es admirable y debemos seguir sus pasos, ya que por algo es la primera potencia mundial. Pero, ¿esta posición se la han ganado con buenas acciones y políticas ejemplares? La respuesta es no. No somos conscientes del daño que ha hecho y hace este país. Debemos analizar el drama del pueblo iraquí, la enorme destrucción en territorios débiles, la violencia, la represión, los saqueos al pueblo árabe o la ocupación. Admiramos por ejemplo su ejército, el cual se dedica a la ocupación militar de territorios sin recursos, o su economía, que se enriquece con la explotación del petróleo.
Durante décadas han hecho lo que les convenía, han manejado el mundo. Supieron manejar su famosa doctrina del shock a su antojo. Haciendo que a través de impactos sociales, por la confusión del pueblo y los problemas en el que se encontraba, hayan podido controlar la situación según su beneficio, como en el tsunami de Indonesia o el huracán Katrina.
EE.UU es, como todos sabemos y vitoreamos, el impulsor de la declaración de los derechos humanos. Es el miembro más influyente en la Organización de Naciones Unidas, la que vela por los derechos humanos en el mundo árabe, donde Estados Unidos llevan décadas dominando y torturando a personas, utilizándoles para sus propios fines, promoviendo la humillación y el terror en el pueblo árabe.
Tampoco vemos el daño que hacen en su famosa cárcel de Guantánamo, una cárcel de tortura, de desapariciones, de represión, etc. En la que humillan, torturan, matan, incumplen los derechos humanos, es decir, se oprime a ochocientos prisioneros de cuarenta y dos países, la gran mayoría de origen árabe, como afganos y pakistaníes. Les privan de libertad, de sus cinco sentidos, les bloquean y les manipulan mental y físicamente. Utilizan métodos de tortura inimaginables.
Pero todos sabemos esto, son hechos internacionalmente conocidos, hay miles de fotos, miles de informes oficiales de países con represalias, o incluso del propio gobierno norteamericano, de Amnistía Internacional denunciando públicamente la utilización de armas de destrucción masivas, los sistemas establecidos de tortura utilizados por el ejército, el cuerpo de policía o los servicios de inteligencia, etc.
Pero a pesar de todo, admiramos y respetamos al gran país que creemos que es Estados Unidos.