¿Cerrar una puerta y abrir otra que no sabes si se abre, o dejar esa puerta abierta y la otra con la esperanza de que se abra sola?
Quizás sea miedo, quizás no, pero indudablemente todos tenemos miedo, y el miedo al rechazo es el peor, y lo mas triste es que no nos damos cuenta de todas las oportunidades perdidas o que hemos dejado pasar por ese maldito miedo.
Quizás no sea únicamente culpa de la persona, desgraciadamente con ese miedo, miedo al rechazo, sino también de la otra persona que no abre los ojos y ve lo que tiene delante. Porque lo que podemos deducir que la suerte no depende solo de uno mismo.
Pero como ni yo tengo claro lo que quiero, lo que pienso o lo que siento, no os puedo hacer ver a vosotros lo que es mejor o peor.
Ahora en lo único en lo que puedo creer, es creer en mí mismo.